La « International Conference on Demand Responsive Transportation » organisée par le « Transportation Research Board » de l’Académie Américaine des Sciences vient d’avoir lieu aux USA. En janvier, sous le signe « Leading the Way in an Era of Rapid Change », aura lieu à Washington la 96ème conférence annuelle de ce groupe de travail, une référence mondiale dans le transport, avec ses 5000 présentations dans 750 sessions et ses 100 workshops.
Au moment où les Etats, Villes et Collectivités locales du monde entier sont réunis à Quito pour la conférence de l’ONU, HABITAT III afin d’évoquer le « Nouvel Agenda Urbain », parmi les domaines à traiter concernant nos vies urbaines, le transport, ou mieux encore la mobilité, par son caractère transverse, systémique et structurant, est l’une de clés de voûte de la manière dont nous vivons aujourd’hui, et allons vivre dans les décennies à venir dans nos espaces urbains.
En même temps, il y a urgence, car nos villes sont asphyxiées, dans tous les sens du terme, par les chaos de la circulation dans de nombreux lieux de la planète, ainsi que par les problématiques de pollution, mais également par les difficultés à faire évoluer la vision individualiste du confort dans sa voiture et l’offre de services publics collectifs.
La croissance irréversible et accélérée de nos villes, conjuguée avec l’héritage de la ville sectorisée dans ses fonctions et le besoin d’une vraie qualité de vie, résiliente et inclusive, demande de nouvelles ruptures.
En France deux annonces ont eu lieu en même temps : NAVYA, start up pionnière mondiale dans les navettes autonomes, vient de lever 30 M€ et l’octogénaire entreprise publique SNCF, vient d’investir dans une start up du VTC, Allo Cab.
Au delà du débat, avec ou sans chauffeur, de l’ubérisation et du rôle des plateformes avec leurs nouveaux modèles, les décennies à venir nous mettent au défi de changer le paradigme de la mobilité, vue comme une succession de transports à effectuer par chacun. En complément de la vision de la ville du ¼ d’heure, centrée sur nos besoins à satisfaire en minimisant les déplacements urbains, la convergence du Transport à la Demande avec le besoin individuel, l’optimisation par les plateformes technologiques, le numérique, l’IA et l’ubiquité, amènera à la révolution du Transport Urbain à Usage Personnel, qui pourrait se préfigurer par ce que l’on appelle le Transport Porte-à-Porte.
Qu’il soit avec ou sans chauffeur, par les moyens collectifs tels le Métro, Tram, Bus, Trains à parcours prédéfinis, ou par parcours adaptatifs collectifs en temps réel par Bus, Mini Bus, Taxis collectifs, voitures en commun, ou alors par le partage de moyens individuels de mobilité (voitures, vélo, moto) ou le partage d’un parcours en commun PédiBus, VéliBus, la réelle question et le vrai défi qui se pose sont de satisfaire l’usager en lui offrant un parcours dans sa complétude, qui tienne compte du respect du bien commun, de l’optimisation de l’espace public et de la qualité de l’air avec son besoin propre.
La disrupción del transporte urbano: su uso personalizado
La «International Conference on Demand Responsive Transportation» organizada por el “Transportation Research Board” de la Academia Americana de Ciencias acaba de tener lugar en los EE.UU. En enero, bajo el lema “Liderando el camino en una era de cambio rápido” se llevará a cabo en Washington la 96ª Conferencia de este grupo de trabajo, una referencia mundial en el transporte, con 5.000 presentaciones en 750 sesiones y 100 talleres.
En el momento en que Ciudades y Gobiernos Locales de todo el mundo se reunieron en Quito para la Conferencia de la ONU Hábitat III, con el fin de evocar la “Nueva Agenda Urbana”, entre las áreas a ser consideradas en relación con nuestra vida urbana, el transporte o incluso mejor, la movilidad, por su naturaleza transversal, sistémica y estructural, es una de las piedras angulares de la forma en que vivimos hoy en día, y vivirá en las próximas décadas en nuestros espacios urbanos.
Al mismo tiempo, hay urgencia porque nuestras ciudades están asfixiadas en todos los sentidos del término, por el caos de tráfico en muchos lugares del planeta, así como por los problemas de la contaminación, y también por la dificultad para cambiar la visión individualista del confort del propio coche y la oferta de servicios públicos.
El crecimiento acelerado e irreversible de nuestras ciudades, en combinación con el patrimonio de la ciudad sectorizada en sus funciones y la necesidad de una verdadera calidad de vida, resiliente e inclusiva, requiere de nuevas rupturas.
El verdadero reto es satisfacer al usuario, ofrecer una movilidad integral de un punto al otro que tenga en cuenta el bien común
En Francia, se han hecho dos anuncios al mismo tiempo: Navya, start up pionera a nivel mundial en el servicio de transporte colectivo autónomo, se ha elevado de 30 millones de € y la octogenaria empresa pública SNCF acaba de invertir en una startup de VTC, Allo Cab.
Más allá del debate con o sin conductor, de la uberización y del papel de las plataformas con sus nuevos modelos, las próximas décadas nos retan a cambiar el paradigma de la movilidad, visto como una sucesión de transportes a realizar por cada uno.
Además de la visión de la Ciudad del Cuarto de Hora, centrada en nuestras necesidades minimizando los desplazamientos urbanos, la convergencia de transporte a la demanda con la necesidad individual, la optimización de las plataformas tecnológicas, lo digital, la inteligencia artificial y lo ubicuitario, traerán la revolución del transporte urbano para uso personal, que podría presagiar lo que podría llamarse Transporte «Porte-à-Porte».
Ya sea con o sin conductor, por medios públicos como el metro, tranvía, autobús, tren de ruta predefinida, como por vía colectiva adaptativa en tiempo real por autobús, mini Bus, taxi colectivo, coches compartidos o entonces por puesta en común de medios individuales de movilidad (coche, bicicleta, motocicleta) o compartir un camino común pédibus, VéliBus, el problema real y el verdadero reto es satisfacer al usuario, ofrecer una movilidad integral de un punto al otro que tenga en cuenta el bien común, la optimización del espacio público y la calidad del aire para sus propias necesidades.